El principio básico de la ley evolutiva se basa en la unión. Te guste o no, esto no es una hipótesis y por más que les “joda” a los paranoicos autonomistas es la realidad. La evolución de la humanidad ha llegado hasta aquí gracias a la unión de un hombre y una mujer, la evolución de la materia gracias a la unión de 2 o más átomos y la evolución de la cultura gracias a la unión de varios pueblos.
Al comienzo de la evolución humana, de esto hace muchos años pero no tantos para los cavernarios autonomistas, los primates más desarrollados entendieron que era mejor unirse a otro congénere para potenciar su fuerza y defensa. Pero tenían un problema, la comunicación. Cuando esto lo solucionaron con gestos y exclamaciones simples que fue adoptando el resto de la tribu, el grupo se fue enriqueciendo dando paso al lenguaje. El lenguaje enriqueció al grupo tribal, pero tenía sus limitaciones, ya que para seguir evolucionando debían poder comunicarse con otras tribus y esos lenguajes básicos se fueron unificando y entremezclando con los indígenas de otros grupos, dando paso a una nueva lengua común. Así hasta nuestros días.
Evidentemente, a lo largo de la historia y como el lenguaje es algo vivo, han aparecido nuevas lenguas desapareciendo otras, porque si no hubiera ocurrido esto, no habríamos evolucionado.
¿Qué pasa con las lenguas desaparecidas o lenguas muertas?. No pasa nada, debemos alegrarnos porque esto significa que evolucionamos. Y aquí es donde entran en juego los filólogos y los paranoicos defensores de los “bienes culturales” queriendo defender lo indefendible. Ya me sé la película, todo esto no lo ha dicho nadie hasta ahora y algunos me van a “poner a caldo”, pero es cuestión de evolución. ¿Algún imbécil se le puede ocurrir la brillante idea de obligarnos a utilizar vasijas de barro por que son un bien cultural alegando que los Fenicios las utilizaban?.
El lenguaje es para los humanos como el software para los ordenadores. Nuestro cerebro es el hardware del ordenador y nuestro software es el lenguaje. Dicho esto, a nadie le extraña que aún hayan nostálgicos del Windows 3.11 al igual que hay nostálgicos del latín, Sánscrito o Burumburu. Lo malo es cuando estos nostálgicos, utilizando el poder o los intereses tribales, imponen a la sociedad un lenguaje anacrónico y diferenciador. ¿Te imaginas que distintos ordenadores tuvieran distintos sistemas operativos y que no pudieran entenderse entre sí?. También me sé la respuesta del imbécil de turno, se pueden utilizar emuladores o lo que es lo mismo, traductores del lenguaje.
Todo esto sería muy interesante si en un mismo país existieran distintos softwares y deseáramos comunicar todos los ordenadores entre sí, pero seguro que nadie puede entender que en un país donde existía un solo sistema operativo de comunicación, los políticos hayan decidido que cada comunidad tenga el suyo propio y además incompatible con el resto. Es decir, que a un andaluz se le cierren las puertas para trabajar de funcionario en Cataluña a no ser que pierda el tiempo en reprogramarse en catalán.
Pues esto es España y a todos los nostálgicos retrógrados que utilizan su poder para hacernos retroceder en la evolución les tengo que decir que los ciudadanos queremos utilizar el Windows 7 o el Windows 8 y queremos estar comunicados con el resto de ordenadores de España para tener una comunicación transversal, un tema que los políticos temen mucho porque otorga un poder -hasta ahora desconocido- a la ciudadanía. No obstante el que quiera utilizar el Windows 3.11 que lo utilice en su casa y que deje de “joder” la evolución. El software al igual que las lenguas son una “mierda” que tan solo sirven para una sola cosa, “comunicarse” y para nada más. ¡¡Imbéciles politicastros!!.
Así lo pienso y por si no te has dado cuenta, todo te lo he contado en uno de los lenguajes de última generación y más utilizado por la población, me estoy comunicando contigo en “español” y no en “castellano” como algunos primates llaman a este lenguaje de comunicación.
Juan Vte. Santacreu - @JVSantacreu – Estrella Digital
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