De entrada te puedo asegurar, porque el sentido común lo confirma, que Cataluña no se va a ir a la mierda ni a independizar. A diferencia de muchos unicejos Vascos, -que estos sí son peligrosos y primarios- los Catalanes son listos y saben o intuyen lo que sería de una Cataluña navegando por libre, a la deriva y sin timón.
Pero cuidado, que en las relaciones humanas a veces se utilizan ciertas armas y amenazas, que aunque no pensamos cumplir, sólo se lanzan para achicar al contrincante. En Poker se le llaman "faroles". Pero, ¿qué pasa si el adversario en una bravuconada apuesta para ver las cartas?. Se acaba el juego y las cartas se ponen boca arriba sobre la mesa.
De esta manera se rompen multitud de relaciones humanas, laborales e incluso matrimoniales. Estos enfrentamientos chulescos conducen a situaciones que fríamente muy pocos tomarían pero al entrar en este juego se ven abocados a la ruptura. Se llama lucha de fuerza o de poder. La escena más típica –que me viene en mente- es la de una pareja cuando la miembra le dice al miembro, "no lo aguanto más, si lo vuelves hacer, me largo de casa", a lo que el miembro, sin pensar en las consecuencias responde, "pues vete de una puta vez". Después de esto sólo queda esperar el portazo.
En mi anterior artículo titulado "Cataluña, idos a la mierda" intentaba alertar sobre este tema, pero claro, como suele pasar en la España que no lee o no entiende lo que lee, muchos se quedaron con el titulo y muy pocos con el contenido.
Rajoy que sabe muy poco de nada, ni siquiera de Poker, se ha "plantado" y no ha seguido la partida obligando a Arturo Mas o Menos a ver las cartas. Este sin cortarse un pelo, ya que padece "delirium tremens autonomista", ha iniciado el proceso electoral convocando una consulta.
A ver si nos aclaramos, la única consulta que hace falta en Cataluña es una buena consulta psiquiátrica para certificar la incapacidad mental de todos los dementes esquizofrénicos que están llevando a la deriva a 5 millones de españoles en Cataluña.
Pero vamos a ver, seamos serios, suponiendo que Cataluña se va a la mierda, ¿nadie se plantea qué es lo que pasaría con Valencia y Baleares?, ¿o es que alguien se cree que después de tantos años de colonizar y eliminar la cultura y la lengua de estas regiones imponiendo el Catalán, estos se van a ir con las manos vacías?
Llegados a este punto que ningún analista político ha querido tocar, yo voto porque Valencia y Balares se unan a Cataluña. De paso podríamos anexionar Aragón ya que tienen la misma bandera. A Murcia nos la quedaríamos por su huerta. Sería un feo dejar Castilla desolada. En esta nueva reordenación de Cataluña no me quiero olvidar de Extremadura por sus quesos y sus jamones. A Castilla-León, nos los anexionamos por el articulo 33, es decir, por "cojones". Estos Castellanos-Leoneses son unos consentidos, si han aguantado al PP, aguantaran lo que sea. Respecto a los andaluces los aceptaríamos, siempre y cuando no se pasen el día en el bar. Con los Vascos, no hay problema, los catalanes siempre han tenido buenas "migas con ellos". Seguro que estarían encantados de utilizar el catalán como bien cultural. A todas las provincias de la cornisa cantábrica, las nombraríamos nuestros puertos pesqueros. Y a Galicia... esos están muy ensimismados en la cueva, pero en cuanto salgan de ella, Zassss... nacionalizados catalanes a la fuerza.
¿Y Madrid?, esto ni tocarlo, esta zona la declararíamos nuestro paraíso fiscal donde todos los españoles, perdón, los catalanes llevaríamos nuestros dineros para blanquear y de paso con Euro Vegas podríamos ir de putas y a jugar. Respecto al R. Madrid le permitiríamos que jugara en nuestra liga nacional, antes BBVA y ahora La Caixa.
Sobre la moneda, no hay problema, utilizaríamos el "Catalufo" que con 1 €uro tendríamos aproximadamente al cambio unos 1.000 catalufos. ¡¡Mogollón de dinero!! Además, al estar fuera del euro lo podríamos devaluar cuando nos diera la gana.
Y por último, para distinguir la bandera de antiguas reminiscencias aragonesas, le clavaríamos una estrella al estilo cubano como referencia de libertad.
Con todo esto, estaríamos todos unidos de verdad, con moneda propia y seguro que no tendríamos problemas para que en Europa nos admitieran una vez más.
Si todo esto que planteo te parece una gilipollez, tendríamos que preguntarnos en qué estadio de la gilipollez en España nos encontramos ahora mismo. Lo dicho, un país de gilipollas.
Así lo pienso y así lo digo
Juan Vte. Santacreu