TIENEN GARANTIZADO UN DIVIDENDO ANUAL
El presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián (Efe) |
Dos realidades conviven en el Grupo Prisa. Por un lado, la de sus trabajadores, acostumbrados a los despidos y recortes salariales. Por otro, la de sus élites, que responden a las estrecheces económicas de la casa con sueldos millonarios y premios varios. Por ejemplo y según información remitida a la CNMV, Nicolas Berggruen yMartin E. Franklin, consejeros de la firma, acaban de embolsarse acciones valoradas en 9,4 millones de euros. Un pago realizado en atención al dividendo anual que se garantizó a los accionistas de Liberty a finales de 2010, cuando esta sociedad inyectó 650 millones de euros en el grupo de medios. Mientras, El País afronta un duro expediente de regulación de empleo con indemnizaciones low cost.
Berggruen y Franklin eran las cabezas visibles de Liberty, nominalmente un special purpose acquisition company(SPAC), es decir, un vehículo financiero formado por diferentes hedge funds y firmas de inversión que habían confiado su dinero a ambos ejecutivos para acometer una operación rentable con el tiempo. Corría mediados de 2010 y el plazo que tenía Liberty para afrontar la inversión se acababa. Berggruen y Franklin se arriesgaban a tener que devolver el dinero a sus inversores con intereses. A su vez, Prisa necesitaba de forma desesperada una inyección de capital para refinanciar su deuda. Fue una pareja hecha en el cielo. Y los norteamericanos lograron unas condiciones más que notables.
De hecho, los accionistas de Liberty que decidieron participar en la transacción recibieron por cada uno de sus títulos 1,5 acciones ordinarias de Prisa y tres acciones sin derecho a voto convertibles –clase B-, además de 0,50 dólares de los propios fondos del SPAC. Y esas acciones clase B llevaban consigo un premio extra: un dividendo anual acumulativo de 0,175 por acción. Como si fueran los intereses de un crédito, Prisa se comprometía a pagar a sus socios americanos un buen dinero anual, pese a que la compañía no levanta el vuelo y el resto de sus accionistas lleva un lustro con el dividendo congelado. Era el precio del rescate y es lo que ahora han percibido –tal vez en un momento poco oportuno- Berggruen y Franklin.
Eso sí, lo han cobrado vía de acciones, después de que la última Junta General de Accionistas, celebrada a finales de junio, diera a la compañía la posibilidad de cumplir en cash o en especie. “Se acuerda que el dividendo mínimo preferente de las acciones sin voto clase B pueda ser satisfecho indistintamente, a elección de la sociedad, en metálico, en acciones Clase A o mediante una combinación de ambos instrumentos”, rezan los acuerdos remitidos al supervisor. Una aparente concesión de los estadounidenses en una compañía que perdió 451 millones de euros en 2011, tras acometer importantes provisiones para cubrir riesgos fiscales y deterioros del fondo de comercio. Eso sí, la disposición implicó una ampliación de capital para acometer el pago y una dilución más para los minoritarios.
Berggruen, casi seis millones
De acuerdo con la información remitida a la CNMV con fecha 4 de octubre, Berggruen habría recibido 5.851.782 acciones, valoradas a un euro. BH Stores, la sociedad a través de la que canaliza su participación, atesora 33,4 millones de acciones clase B. Con esta entrega, su participación en el Grupo Prisa se sitúa en el 3,64% de la compañía. En el caso de Franklin, la cantidad recibida se reduce hasta los 3.554.964 títulos. El financiero, que ya atesora el 2,21% de la firma, dispone de 20,3 millones de títulos clase B. Los tenedores de acciones convertibles tenían tres años y medio para ejercitarlas a partir de su emisión; pasado ese tiempo, allá por 2014, han de convertirse de forma obligatoria.
Precisamente este tipo de retribuciones están tradicionalmente en el punto de mira de los profesionales de la casa. “Liberty se hizo en 2010 accionista mayoritario de Prisa con una aportación de 650 millones de euros –se apunta en comunicados difundidos por Comité de Empresa de El País. Las condiciones de compra blindaban el pago de dividendos anuales al fondo de inversión estadounidense con independencia de los resultados de la compañía. Como puede comprobarse en las cuentas de 2010 publicadas por Prisa, ese mismo año Liberty ya percibió 165,2 millones en dividendos. A este ritmo, en cuatro años recuperará su inversión sin perder el control accionarial del grupo”. Prisa plantea un expediente de regulación de empleo para el diario que supondrá la salida de 149 profesionales con indemnizaciones de 20 días por año trabajado. Los que se queden tendrán reducciones salariales del 15%.
También los más de 13 millones percibidos en 2011 por el presidente, Juan Luis Cebrián, son criticados abiertamente por el Comité. “Mis emolumentos son los habituales del mercado”, aseguró el primer ejecutivo de la firma en un reciente desayuno celebrado en el Hotel Ritz de Madrid. De hecho, atribuyó parte de las críticas recibidas por su elevada retribución a la “confusión” generada por la gratificación puntual generada por cerrar con la banca la refinanciación de la deuda de la compañía en 2010. “Debo ser el periodista más transparente con el salario. Está colgado en la web”, zanjó. En todo caso, el salario de 8,2 millones que la compañía comunicó a la CNMV –más de 13 millones de acuerdo con el desglose que la firma hizo posteriormente ante el regulador estadounidense (SEC)- se aleja dramáticamente de lo que se embolsan los primeros ejecutivos del sector de medios de comunicación. Juan Luis Cebrián roza ya el 1% del grupo de medios.
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