miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿DÓNDE ESTÁ EL REY?

Antonio Valdivia

Con todos mis respetos Majestad. Me hago un sin fin de preguntas ante la situación que vive el país que usted reina o sobre el que ejerce la más alta dignidad del Estado. A día de hoy, ya no se si está o se le espera, viendo los acontecimientos que vivimos en lo que ya es casi “Expaña”·.
No se si recuerdo bien que un 23 de febrero, creo que de 1981, ejerció de Jefe del Estado y de Capitán General de todos los Ejércitos. Desde entonces solo le veo en Marivent, cazando elefantes o tratando que aguantar el chaparrón.
No le ví cuando se aprobó la Ley del Aborto. Ante una Ley así, el Rey Balduino de Bélgica abdicó al ser católico, con el fin de ser consecuente con su fe. Su indiferencia constituyó para mi, que soy católico, un gran escándalo y una dejadez inconsecuente con su rango.
Entre sus funciones está, si no ando mal informado, sancionar las leyes que el Consejo de Ministro y la Cámara le presentan. Por ello le eché en falta ante muchas sentencias de Tribunal Constitucional, tendentes a la ruptura de su Reino, que no es otro que España.
Su silencio estrepitoso ante las ansias separatistas de dos regiones de España clama al cielo y además enfurece a los españoles honrados y dignos, que conocen su historia y saben que gracias a muchos españoles y catalanes, hoy asienta sus posaderas en el trono real de este país.
No le veo salir en defensa de sus oficiales subordinados que alzan sus voces contra los desmanes que estamos padeciendo los españoles por la dejación de funciones y deslealtad al cargo, jurado o prometido, delante de Vd. tras la formación de un Gobierno.
No le veo en Cataluña proclamando que es España y que jamás permitirá la secesión de un territorio del Reino, que le mantiene hasta ahora. Más bien, se le echa a faltar en acontecimientos tan dramáticos para el resto de los españoles.
Cuando analizo la ausencia de su regia persona en estos tristes momentos que atravesamos, recuero a un tal Carlos IV y su “glorioso hijo”, que nada más nos trajo desgracias. A aquel le gustaba la carpintería y a este, usted, Majestad, le gusta la caza.
Es no menos curioso, que algún miembro de la Familia Real y por más señas, un yerno, ¡Oh casualidad!, catalán, se vea imputado en casos de corrupción, y contra el cual no veo que se haya pronunciado claramente.
Hoy, los españoles le echamos de menos en Cataluña, esa hija díscola que mucho ha contagiado a al tal Urdangarín, que tantos quebraderos de cabeza le producirá.
Hoy le pedimos que se pronuncie en favor de España, su Reino, no su finca de vacaciones. Echamos en que la autoridad más importante del Estado dé soporte a los españoles de bien y se pronuncie en favor de las leyes vigentes y de la continuidad histórica de España. Cataluña es parte de España y como tal debe defenderla de esa casta malsana de indecentes políticos separatistas.
Majestad, pronúnciese cuanto antes y, como en aquel 23 de febrero, ofrezca un mensaje claro y rotundo. Lo está esperando su pueblo. Lo exige la gravedad del momento.

2 comentarios:

  1. El Rey debe estar tropezando en la escalinata de algún burdel.
    Poca cosa más se puede esperar de este tropezón con patas.

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  2. Lo de la Corona no lo entiendo. Deberían estar actuando de otra forma, si de verdad les importa España.

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