Domingo, 03 de Junio de 2012
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, ya somos en nuestro país, 47.213.000 habitantes, de los cuales 5.700.000 son extranjeros, es decir inmigrantes.
Nuestra población activa, en números redondos, es de 18.000.000 de personas, es decir, un 39% aproximadamente del total de habitantes.
Hemos de tener en cuenta que como población activa se encuentran contabilizados casi 3.500.000 funcionarios, los cuales suponen una carga, dado que no aportan un valor añadido al PIB del país.
Realmente los que aportan al Estado son 18 – 3,5 = 14,5 millones de trabajadores productivos. Estos son los que mantienen todo el tinglado (Iba a escribir Estado, pero me parece más correcto el término utilizado).
Por otro lado padecemos la friolera de 445.000 cargos políticos, entre Instituciones del Estado y las 17 Taifas que soportamos. Esto nos lleva a mantener a tres políticos por cada 100 trabajadores.
No hablemos ya de consejeros, empresas públicas y chiringuitos varios que viven al amparo de los correspondientes partidos y organismos.
Dadas estas cifras, vemos a diario, en todos los informativos, a los distintos personajes públicos vaticinar mejoras, reformas, cambios y más estrategias para poder salvar al país de un rescate por parte de Europa y el Fondo Monetario Internacional. Es del todo ridículo que se espere, además, que alguien nos ayude, si antes no ponemos orden en los desajustes que padecemos y en la insoportable estructura que muy poquitos sostienen con su esfuerzo diario.
Las buenas intenciones no bastan para poner remedio a un país donde lo que prima es lo público sobre la iniciativa privada, donde el emprendedor ha de huir para poder mantener su iniciativa, o los jóvenes han de emigrar, dado que aquí ya no existen posibilidades de futuro.
Si el Gobierno actual quisiera cambiar el sentido y la deriva que llevamos, ha de empezar por adelgazar de manera drástica la administración, independizar la justicia y promover acciones de incentivo para la iniciativa privada. Sin embargo, vamos al contrario de la lógica. Se hace una Ley de transparencia en la cual, los más sospechosos quedan fuera de su alcance, partidos, sindicatos y organizaciones empresariales, no se ven afectadas.
El sector financiero es para ponerse a temblar, hoy un banco necesita 7000 millones de euros y mañana, ese mismo banco, dice que son 23.500 millones. Para cualquiera que nos mire desde el exterior, es como para salir corriendo, dado que el fundamento de los mercados es la confianza, y ésta, se pierde en segundos, tras declaraciones como las que hemos vivido y seguimos viviendo.
Dese mi punto de vista, el rescate de nuestro país será una realidad, pues nuestros dirigentes son incapaces de hacer frente a los verdaderos problemas que tenemos. Sobredimensionamiento de las estructuras del Estado y las 17 Taifas, que son el verdadero lastre para el desarrollo económico social y político, que nos lleve a un país pujante, sólido y serio. Mientras esto no se haga, tenemos el rescate asegurado y serán los que nos rescaten, aquellos que reducirán lo que Mariano y su equipo no se atreven a reducir.
Ya pueden cambiar lo que quieran del mercado laboral, del mercado financiero, o de lo que les venga en ganas, que con tango gallo en este corral, no existirá orden, ni concierto y eso es precisamente lo que se necesita de cara al exterior.
Veremos que ocurre en la semana que entra, pero pintan bastos.
Ánimo amigos, nos queda mucho por hacer antes de que lo hagan otros por nosotros.
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