LA HAMBURGUESA COMO HERRAMIENTA ECONÓMICA
PILAR C. SÁNCHEZ
Un empleado de McDonald's en la India tendría que trabajar 195 minutos para poder comprarse un Big Mac; un estadounidense solo 27.
Hacer una comparativa entre los salarios de varios países es un proceso complicado. Sin embargo, el economista Orley C. Ashenfelter ha expuesto un modo basado en personas que hacen exactamente el mismo trabajo para conseguir productos idénticos, y que se encuentran en la mayoría de países del mundo: los empleados de la cadena de comida rápida McDonald's.
Comparar únicamente cuánto dinero producen estos trabajadores es un enfoque demasiado simple. Para conseguir un índice más exacto e ilustrativo, puede tomarse un salario y dividirlo entre el precio del bien, lo que permite saber qué cantidad de dicho producto puede comprarse por cada hora de trabajo.
Este índice se llama valor del salario real. Calculándolo mediante las variables que cambian a lo largo del tiempo, pueden probarse los efectos de las políticas sociales o los problemas económicos, y compararlos fácilmente entre distintos países.
Ashenfelter, economista por la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), con el fin de calcular el valor real de los salarios entre diferentes países, encontró una útil herramienta en los empleados de la cadena McDonald's.
Mientras hacía el estudio 'Comparando salarios reales' (Comparing Real Wages), que ha sido publicado por el National Bureau of Economic Research, Ashenfelter se dio cuenta de que todos los empleados de McDonald's, sin importar en qué país trabajen, por el diseño de la multinacional deben realizar las mismas tareas para producir el mismo producto: un Big Mac. Calculando cuántas horas de trabajo equivalen al dinero necesario para comprar un Big Mac, el economista pudo mostrar cómo el valor real de los salarios difiere enormemente en función del país.
Como otros métodos habían revelado antes, los países pobres tienen que trabajar más para conseguir el dinero necesario para comprar los mismos bienes. Por ejemplo, en el 2011 un empleado de McDonald's chino tendría que trabajar 85 minutos para ganar el precio de una Big Mac; un empleado estadounidense, sin embargo, con 27 minutos de trabajo podría costearse la hamburguesa.
Este índice también muestra el crecimiento y desarrollo de los países. Un trabajador de la cadena en la India, como también sucede en China, debe de trabajar más de una hora para poder costearse un Big Mac.
Pero las mejoras se han hecho patentes entre 2000 y 2007. Mientras que el valor del salario real, reducido por Ashenfelter a la simple fórmula Big Macs por hora trabajada, era virtualmente estable en los países desarrollados durante este periodo, en China y la India se incrementó un 9% y un 8% anual respectivamente.
El economista de Princeton también pudo constatar los efectos de la crisis financiera mediante este método. Entre 2007 y 2011, el valor del salario real frenó su crecimiento en China, mientras que los trabajadores indios han visto cómo, en su caso, este índice se rebajaba desde los 168 minutos de 2007 a unos 195 en 2011.
Ashenfelter explica que el valor real del salario parece haber sido muy similar en todos los países antes de la revolución industrial. A partir de entonces, el salario difiere entre los distintos países que se van poniendo al día en distintos lugares y momentos.
Simplemente queda esperar que los resultados generales, que tienden a igualarse de forma global, lo hagan con los países emergentes aproximándose a los desarrollados y no al contrario.
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