11 MAYO 2012
Llevamos ya cinco días en el mentidero de la calle León hablando de Bankia y lo que no entiendo es que todavía haya vecinos que no vean claro que aquellas Cajas de Ahorro eran el monedero de los políticos despilfarradores. Y sobre todo me cuesta comprender que algunos de los que se autodefinen como progresistas defiendan al Gobernador del Banco de España, el Sr. Fernández Ordoñez, conocido popularmente como MAFO, el que por primera vez en la historia de la democracia española fue nombrado para ese importante puesto por el dedo de Zapatero y sin consenso. El mismo que aterrizó frente a La Cibeles desde el gobierno y su responsabilidad a las órdenes del ínclito Solbes en Economía.
Mafo bendijo que las Comunidades perdieran el techo de gasto. Y mientras se felicitaba públicamente porque los bancos y cajas españolas no habían caído en la trampa de las “subprime”, debió jugar con todas las cartas además de callar, esconder y disimular los números rojos de los responsables políticos a los atacaba en sus comparecencias de prensa. Pero lo peor es que hoy, después de su paso por el Banco de España, nadie en el mundo se fía de la institución que, desgraciadamente antes de su llegada, estaba considerada como una de las más sólidas. Y esa pérdida de solvencia y confianza no se puede restituir, ni tan siquiera comprar, con dinero o lingotes de oro.
Encuentro la metáfora perfecta del despilfarro y desgobierno durante su mandato en ese pequeño pueblo, 3.500 habitantes, de Guadalajara, que tristemente se está haciendo famoso desde ayer: Pioz. Su nueva alcaldesa ha declarado que se encontró en los cajones del ayuntamiento facturas valoradas en dieciséis millones de euros. Una deuda que tendrá que pagar durante los siete mil años que se nos avecinan. Claro que para acortar los plazos también pueden vender a los chinos su castillo del siglo XV.
¿Dónde esta la vergüenza? Imposible encontrarla porque no hay. En ese círculo infinito del despilfarro merece la pena engarzar hoy trece nombres, destacados y consentidos responsables de la miseria, tanto económica como moral, que estamos dejando a los nietos de nuestros nietos:
(1)– Manuel Escribano, ex-director general de Caja Segovia. Se pre-jubiló con una pensión pactada de 6 millones euros.
(2)– José Luis Méndez, ex-director general de Caixa Galicia. Ha recibido una pensión de entre 15 y 20 millones euros.
(3)– Lucas Hernández, ex-director general de Caja Duero. Ha recibido una indemnización de 1,3 millones euros.
(4)– Francisco Fernández, ex-vicepresidente de Caja España. Ha cobrado 500.000 euros, como trabajador en excedencia de la entidad.
(5)– Roberto López Abad, ex-director de CAM. Se aseguró junto a otros cuatro altos ejecutivos una prejubilación de 12,8 millones euros en total.
(6)– Josep Maria Loza, ex-director general de Caja España-Duero. Cobró 10 millones euros, entre indemnización y plan de pensiones.
(7)– María Dolores Amorós, ex-directora general de CAM. Pactó una pensión vitalicia de 370.000 euros anuales. Esta se quería jubilar a los 50 años, Licenciada en Económicas por la UNED.
(8)– Ricard Pages, ex-presidente de Caixa Penedes. Contaba con un plan de pensiones de 11 millones euros.
(9)– Domingo Parra, ex-director general de Banco de Valencia (Bancaja). Pactó una indemnización por su salida de 7,5 millones euros.
(10)– José Luis Pego, ex-director general de NovaCaixaGalicia. Pactó el pago de 10,8 millones euros, en concepto de indemnización y pensión.
(11)– Juan Salido, ex-director general de Cajasol (Banca Cívica). Se pre-jubiló con una pensión de 950.000 euros.
(12)– Manuel Troyano, ex-director general de Caixa Penedés. Pactó junto con otros tres directivos una pensión por un volumen agregado de 20 millones euros.
(13)– Javier Eraso, ex-director general de Caja Cantabria La marcha de Eraso no es una dimisión, sino una rescisión de su contrato, lo que permite que tenga derecho a la indemnización económica. de 1,2 millones euros y dispondrá de un fondo de pensiones que recibirá si opta por capitalizarlo
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