Mie 30·5·2012
EL ACTOR HA CERRADO SU CUENTA EN TWITTER TRAS SUFRIR ATAQUES Y AMENAZAS
EL ACTOR HA CERRADO SU CUENTA EN TWITTER TRAS SUFRIR ATAQUES Y AMENAZAS
Hoy es noticia que el actor Santi Rodríguez ha cerrado su Twitter tras sufrir los ataques de un columnista de Público y recibir amenazas de muerte por su condición de católico. Santi tenía más de 100.000 seguidores en esa red social, pero su cuenta @santihumor ya no está disponible. He conseguido rescatar sus últimos tweets y las amenazas de muerte que recibió Santi hace dos días. Los incluyo aquí para que quede constancia de ello.
Éstas son las amenazas que recibió Santi (en todas las capturas aparecen en primer lugar los tweets más recientes):
El autor de las amenazas los tweets que las contenían, pero Topsy.com todavía conserva copia de las mismas. Las he sacado de allí. Lo más curioso es que el autor de las amenazas asegura que ejerce como abogado (manda narices).
Al recibir las amenazas, Santi retuiteó una de ellas y dio aviso a la Policía y a la Guardia Civil:
Anoche, tras recibir esas amenazas, Santi anunció que dejaba esa red social con los siguientes tweets:
El tal @shangay no es otro que el columnista de Público que el año pasado tachó de “golpe de Estado” la JMJ, que el mes pasado tachó de “cristofascistas” a los miembros de Cáritas y que hace unos días pidió la cárcel para los organizadores del Congreso Mundial de Familias celebrado el pasado fin de semana en Madrid. El personaje en cuestión lleva horas acusando a Santi Rodríguez de haber justificado amenazas de muerte contra él, una acusación falsa que el columnista de Público ha mezclado con acusaciones al actor por ser próximo al Opus Dei e incluso por seguir y hablar con HazteOir.org y Manos Limpias, como si eso fuese un delito. Es intolerable que ciertos individuos lleven a cabo prácticas de acoso propias de un totalitario contra otros simplemente porque sostienen opiniones que no les agradan. Todo mi apoyo para Santi, y os animo a apoyar el hashtag #VuelveSanti para animar al actor a regresar a la red social. Los únicos que sobran en Twitter son los que amenazan de muerte y los que acosan a los demás porque no toleran sus legítimas opiniones o sus creencias religiosas.
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